Ahora que lo pienso, nunca seremos iguales, por más que queramos aparentar. Imagino que los que te roden deben estar más que felices. Cambiaste de humos y hasta frecuentas al hijo pródigo, ése que un día se fue y del que el silencioso fue el reemplazo.
Y tú estás ahí, en el medio.
Lo que no puedo entender es por qué no vuelves a caminar por aquella calle, por qué no vuelves a visitar aquel museo en el que dejaste todos tus recuerdos olvidados entre las réplicas de Van Gogh. Nada te impide ahora ser quien fuiste y quien mucho tiempo dejaste de ser. Tu antiguo pero nuevo yo te va a traer más logros y satisfacciones y mucho, mucho menos sufrimientos y necesidades. Solo es cuestión de que vuelvas a adaptarte y no es difícil, solo basta con mimetizarte bien con tu entorno; ése del que tanto se ufanaba y se ufana tu madre.
Deja que el silencioso se vuelva un recuerdo, una sombra inútil en este nuevo verano que está por comenzar.
Vuelve a empezar, vuelve a caminar
El silencioso se marcha de la cancha.
viernes, 18 de diciembre de 2009
lunes, 14 de diciembre de 2009
Reflexión antes de caer
"Si el destino tuviese patas; estaría muy, muy lejos de aquí"
Luego de innumerables golpes de pecho y blacauts en medio de x actividades, un clima de cambios se crea a mi alrededor. Los golpes que nos duelen suelen ser los que no tienen aviso, aquellos que llegan de sorpresa y que nos tumban sin derecho ni tregua.
Me decía el buen Jaime que si creo que estoy loco y sí, realmente lo pienso así.
- Yo creo que los locos son aquellos que llegan realmente a ser felices
- Los locos son aquellos que hacen o encuentran su propia verdad y otros estamos en el camino hacia la insanidad
Si la cordura fuera el común denominador de la gente, pienso que la gran mayoría sería un estándar de "un poco loco, quizá"; sin embargo, nuestras decisiones y nuestras actitudes están llenas de momentos en los cuales puede primar esa locura de la que vengo haciendo mención.
¿Qué podemos hacer frente a las trampas que nos pone la vida misma? ¿Qué podemos hacer si nos ponen el hoyo para saltar? ¿Deberíamos pasar por encima o quizá hundirnos en él para saber que había allá abajo?
Me han golpeado, me ha dolido y sin embargo, sigo aquí, como nunca, como siempre. Es la primera vez que no trato de huir y que me quedo parado acá en la fila, tratando de poner el pecho, para la pelota y hacerme un sombrerito.
Un sombrerito de papel que las luces alumbran y el fuego extingue.
Días difíciles tenemos todos, épocas aciagas también; pero esa valentía infinita que significa mantenerse de pie, a pesar de haber caido, es lo que hoy quiero entender. La debilidad siempre fue mi mejor defensa y la artimaña, mi último primer intento y ahora, que me siento libre pero destruido, no tengo fuerzas para curarme, pero sí para seguir adelante.
Adelante, siempre adelante, hasta que me desangre y muera sin piedad, en un charco de vergüenza y un hálito de gloria ridícula y un final de pacotilla.
Q.E.P.D.
Luego de innumerables golpes de pecho y blacauts en medio de x actividades, un clima de cambios se crea a mi alrededor. Los golpes que nos duelen suelen ser los que no tienen aviso, aquellos que llegan de sorpresa y que nos tumban sin derecho ni tregua.
Me decía el buen Jaime que si creo que estoy loco y sí, realmente lo pienso así.
- Yo creo que los locos son aquellos que llegan realmente a ser felices
- Los locos son aquellos que hacen o encuentran su propia verdad y otros estamos en el camino hacia la insanidad
Si la cordura fuera el común denominador de la gente, pienso que la gran mayoría sería un estándar de "un poco loco, quizá"; sin embargo, nuestras decisiones y nuestras actitudes están llenas de momentos en los cuales puede primar esa locura de la que vengo haciendo mención.
¿Qué podemos hacer frente a las trampas que nos pone la vida misma? ¿Qué podemos hacer si nos ponen el hoyo para saltar? ¿Deberíamos pasar por encima o quizá hundirnos en él para saber que había allá abajo?
Me han golpeado, me ha dolido y sin embargo, sigo aquí, como nunca, como siempre. Es la primera vez que no trato de huir y que me quedo parado acá en la fila, tratando de poner el pecho, para la pelota y hacerme un sombrerito.
Un sombrerito de papel que las luces alumbran y el fuego extingue.
Días difíciles tenemos todos, épocas aciagas también; pero esa valentía infinita que significa mantenerse de pie, a pesar de haber caido, es lo que hoy quiero entender. La debilidad siempre fue mi mejor defensa y la artimaña, mi último primer intento y ahora, que me siento libre pero destruido, no tengo fuerzas para curarme, pero sí para seguir adelante.
Adelante, siempre adelante, hasta que me desangre y muera sin piedad, en un charco de vergüenza y un hálito de gloria ridícula y un final de pacotilla.
Q.E.P.D.
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