jueves, 4 de marzo de 2010

Conjunto

Vuelvo por estos lares, tratando de escribir un poco más de lo que siempre escribo: cosas sin sentido.

Pienso que sería bastante útil señalar que no tengo forma de conciliar el sueño, aunque escuchar las magistrales canciones de Pinkfloyd siempre me ha funcionado; el insomnio de esta noche se lo debo a la clásica coca cola nocturna y a un nuevo disco de Supertramp, el cual estoy disfrutando sobremanera.

Otro factor que aporta notablemente a mi ¿problema? es la temperatura. Aunque muchos dicen que hace frío, yo siento verdadero calor. Como siempre, tiendo a volverme un lunar más, el chin chin negrito del que todos los demás chinchines se burlaban en un antiguo anuncio publicitario. Es extraño ser el chin chin negro: mis polos son negros, el boxer que estoy usando es negro, mis pensamientos son negros y el humor, ni que decir.

Aún sigo sin tener sueño.

Es gracioso, estoy sentado, escribiendo pavada tras pavada (clásico en mí) y sin embargo, me siento bien, me siento yo de nuevo. Bueno, una parte de mí se siente yo otra vez, la otra parte se entrega a la música y la otra, pues la otra se encuentra caminando por los ríos de Babilonia.

Es broma, no estoy en Babilonia, aunque hace un rato estuve por ahí; imaginándola claro está. Tengo más o menos unos cinco contactos noctámbulos como yo en el messenger y también tengo miles de deseos que quisiera hacer realidad (o que me los hagan realidad). Tengo también una roncha en la rodilla derecha y tengo ganas de tomar otra coca cola. Tengo que ir a clases mañana y tengo una madre que duerme plácidamente en los altos.

Tengo una sensación de angustia desde hace muchos años atrás y también tengo ganas de aprender a manejar.

Lo que no tengo es determinación, por eso, voy camino al fracaso.

Ah, y también voy a apagar la computadora.

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