Minucias
sábado, 14 de abril de 2012
El mundo de los adultos
domingo, 19 de febrero de 2012
Dolor de muela
Desde hace días, un dolor agudo y penetrante me estuvo esclavizando a los desinflamantes, el hielo y uno que otro remedio casero. Después de haber mascado un centenar de clavos de olor y de haberme gastado un mini fortuna en calmantes, el infame dolor de muela del que he sido víctima comenzaba a taladrarme la cabeza.
Existe un dicho populoso que reza: "Es un dolor de muelas" y que hace referencia a alguna molestia constante y de alguna manera, severa. El que realmente es víctima de un dolor de muela (como el que tuve) se da cuenta de que ese puto dicho no es nada comparado a la real magnitud de un ataque dental. Solo se me ocurre una palabra que describe la situación y que quizá, ahora que lo pienso bien, queda chica: IN-SO-POR-TA-BLE.
Volviendo al terror del que hablaba en el inicio de éstas líneas, yo y los dentistas nunca nos hemos llevado bien. Quizá lo que más me aterra de un consultorio dental, aparte de esa luz incriminadora que te alumbra en la cara, como si fueras un delincuente; es ese amenazador taladrito que no solo te provoca dolor, sino también locura. ¿A quién en su sano juicio le puede agradar el sonido del taladrito de un dentista?
Estaba resignado. La poca gente que sabía de mi cita con el destino (así lo denominé en el Face) me decía: "¿Qué prefieres, un ratito de dolor o que la muela te siga molestando durante un buen tiempo?". La imagen del dentista sudando, con su camisa arremangada y un tremendo alicate se dibujaba en mi mente y me hacía temblar de miedo. Mi corazón (como pocas veces en la vida) me temblaba a mil por hora. La música pectoral que emitía era digna de un concierto macabro e inevitable. Estaba resignado a sufrir.
Es gracioso. Todo pasó tan rápido que hasta es risible. El dentista me miró un buen rato y luego cerré los ojos. No quería ver nada. Temía lo peor y lo único que hizo luego de una limpieza profunda y una curación provisional, fue mirarme a los ojos y decirme, impasible: "Venga el próximo martes".
Supongo (y espero) que ya haya pasado lo peor. Sin dudas, regresaré el martes para que me termine de curar y poder disfrutar de mis comidas, mis sonrisas y mi recuperada muela. Ésta vez me libre del dolor, del taladrito maldito y por ahora, el dentista y yo, vivimos una tregua. El no me causa dolor, yo no tengo ganas de matarlo.
Es más, hasta estoy agradecido.
viernes, 13 de enero de 2012
Agradecido
Tú me odias porque te da la gana
viernes, 6 de enero de 2012
Frases de (maldito) enero
jueves, 9 de junio de 2011
El títere
miércoles, 1 de junio de 2011
Costillitas
1.- “Me han traído hasta aquí tus caderas, no tu corazón”
“Peor para el sol” – Joaquín Sabina
2.- “Te suplico que me avises si me vienes a buscar, no es porque te tenga miedo, sólo me quiero arreglar”
“Canción para mi muerte” – Sui Géneris
3.- “Take me anywhere, I don’t care, I don’t care (Llévame dónde sea, no me importa, no me importa)”
“There’s a light that never goes out” – The Smiths
4.- “Y nadie pregunta si sufro, si lloro, si tengo una pena que hiere muy hondo”
“El Cantante” – Héctor Lavoe
5.- “Mama I just killed a man (Mamá, yo sólo maté a un hombre)”
“Bohemian Rhapsody” - Queen
viernes, 29 de abril de 2011
El dolor
Ay el dolor, el dolor
Es un dulce veneno que te quema la garganta
Que te arranca la alegría
Que germina en soledad
El dolor es esa espina negra que me encontré en el suelo
Que se incrustó en su mirada
Que me llena de alegría cada vez que la veo
El dolor que sangra, el dolor que me alimenta
Y mis lágrimas corruptas, mis sueños pisoteados
Mi mundo hecho trizas, mi sonrisa más falsa que nunca
Mis complejos a flor de piel, mis debilidades escupidas en mi cara
Mis manías intricadas, mis dudas más certeras, mis deseos más privados
La dignidad retaceada, el orgullo mal pintado
La alegría es un viejo recuerdo que apesta a ingenuidad
Y mis manos que tratan de cogerte en la oscuridad
Sabiendo que tú, hace tiempo, ya no estás más