viernes, 13 de enero de 2012

Agradecido

Tú me odias porque te da la gana
Tú me odias porque no tienes quién te dé un beso en las mañanas
Y convencido hasta los huesos de tu tibia inocencia,
Caímos en el juego de rompernos la ilusión sin pudor ni clemencia

Tu desprecio me divierte
Tus piernas atenazan la hombría de otro sediento soñador
Y sin pecar de pavo real, sé que tu libido no me olvida
Que tus ojos aún me lloran y en el fondo de tu oscura temeridad
Me sueñas sin pudor

Cuando delires en mi nombre
Y quieras el tiempo volver atrás
Volveré de mi tumba para reírme en tu cara
Con toda la ironía y poca vergüenza
Te dibujaré un te lo dije en la frente Mientras pinto una sonrisa falsa en un corazón negro

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